Psicomotricidad en casa
Facilitando espacios de construcción libre ayudamos a que el niño pueda conformar esquemas mentales a partir de la realización de estructuras, basadas en la práctica psicomotriz, en el movimiento corporal y la coordinación fina.
En la construcción libre se vive algo tan fundamental para el conocimiento como la relación espontánea entre causa y efecto, en los diferentes elementos del entorno. Además de trabajar estas experiencias corporales, se estimula la precisión óculo- manual a través de la experimentación con diferentes materiales de construcción.
Por eso es importante fomentar el juego libre y proporcionar espacios seguros de exploración, recordando que debemos intervenir lo mínimo posible en su juego, sobre todo para «enseñarle a jugar».
Para impulsar las construcciones muchas veces no es necesario proporcionar juegos de construcción específicos, ya que si el niño tiene la pulsión de construir, lo hará con el material que tenga a mano. Aun así es interesante proporcionarle materiales no estructurados .
Por otro lado la edificación la edificación de castillos de arena, torres, fortalezas, casas, puzles, dibujos etc puede ser compartida por otros que pueden ayudar a construirla, realizando un proyecto conjunto, o bien la imitan , o bien la observan mientras se construye. De esta forma tienen lugar comparaciones entre lo igual y lo distinto, surgiendo las distinciones entre las cosas y sus cualidades, que se ordenan bajo aspectos distintos, siendo un enorme trabajo de investigación.
Estas tareas también revelan la necesidad de que sus propósitos motrices queden reflejados de forma permanente. Las obras surgidas de sus manos reflejan su capacidad de crear trabajos para que otros los contemplen, la construcción permite reafirmar los logros personales, que se van adaptando a sus capacidades.
Veamos cómo se «construye» en las distintas edades. (Ejemplos orientativos)
De cero a tres años disfrutarán de apilar, sacar, meter, hacer torres, tirar, percibir los objetos… Vivirá las experiencias sobre todo a nivel corporal.
De tres a seis años además del gusto por actuar con su propio movimiento se une a nuevas combinaciones, agrupando elementos de acuerdo a una característica. Por ejemplo, por un lado experimenta los saltos a distintas alturas y a su vez aprende el concepto más o menos.
De siete a catorce años será cada vez más consciente de las clasificaciones y de las relaciones diferentes entre los materiales.
A partir de los catorce años , el niño será capaz de manipular cosas, modificarlas y de experimentar con las transformaciones que surgen entre el todo y sus partes. El niño realiza fácilmente clasificaciones de varias cualidades, y también inventa y asume diferentes reglas para su juego. Todas estas actividades que empezaron en el gusto por el movimiento se extienden a la construcción con objetos que requieren cada vez más precisión.
Las personas adultas construyen a través del dibujo, la arcilla, la representación teatral, la danza y es placentero pues ellos también pueden dejar sus obras para que sean valoradas.
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