INTEGRACIÓN SENSORIAL EN CASA

La propiocepción

La integración sensorial es un proceso neurológico que incorpora y ordena las sensaciones que experimenta nuestro cuerpo. Tanto las que proceden del interior, como las que proceden del exterior. Por ejemplo, sabores, imágenes, sonidos, texturas, olores, sensación de movimiento, de gravedad o la posición en el espacio.

Dentro de nuestros sistemas sensoriales la propiocepción juega un papel fundamental. Se trata de un sentido muy importante que podemos estimular muy bien en casa con actividades cotidianas, pero que también podemos interrumpir si ponemos demasiadas veces límites en algunas actividades espontáneas que realizan los niños.

En ocasiones no nos damos cuenta de las veces al día que pronunciamos la palabra “No” y es cierto que en muchas ocasiones tenemos que protegerles para que no se hagan daño o provoquen un pequeño gran desastre, pero otras veces podemos ser más flexibles y dejarles explorar, mancharse y recabar toda la información que necesitan para crear unos mapas mentales completos.

En algunos casos, también vendrá bien dar un pequeño impulso, no sólo facilitando el espacio y los materiales, sino también realizando nosotros algunas actividades y movimientos con el fin de que los niños nos imiten. En niños que son tranquilos y no tan aficionados a la exploración y a la innovación en sus movimientos, la imitación es una forma estupenda de ayudarles a estimular y trabajar la integración sensorial.

La propiocepción influye directamente en:

  • Control del cuerpo
  • Coordinación
  • Equilibrio
  • El tono muscular
  • La capacidad de regulación de la actividad
  • Esquema corporal
  • Planeación motora
  • Función manual

7 actividades que podéis realizar en casa para estimular la propiocepción

Estas actividades, además de estimular la propiocepción, ayudarán nutrir el cerebro de sensaciones, que contribuirán a crear numerosas conexiones, como si fuera una amplia red de carreteras principales y secundarias.

  • Meterse en sitios pequeños: En casa nos encanta hacer pequeñas cabañas o fuertes, con ayuda de telas y sillas, se puede construir una magnifica cabaña que hará las delicias de los más pequeños. Además de jugar a aparecer y desaparecer, esconderse en lugares pequeños les ayuda en el estudio de sus límites corporales, lo que ayuda bastante en el desarrollo de la propiocepción y de la organización neurofuncional.
  • Juegos de arrastrar: En casa tenemos más que comprobado el éxito que tienen los juguetes de arrastre. Camiones, coches, animalitos… y también aspiradoras y calefactores, todo sirve para nutrir la necesidad de remolcar y activar así el sistema propioceptivo.
  • Juegos de empujar: Sillas, taburetes e incluso mesas son fenomenales para empujarlos, y experimentar con su peso, con la resistencia del suelo…
  • Saltar y caminar sobre los charcos: Siempre que llueve nos alegramos mucho, ya que sabemos que esa tarde o al día siguiente podremos calzarnos las botas de agua ( también los pantalones y chaqueta impermeables) y lanzarnos a saltar, y correr sobre los charcos. La sensación de atravesar esa misteriosa superficie espejada, sintiendo cómo el agua acaricia las botas, mientras el barro se hunde un poco bajo los pies, es inigualable; y también muy interesante para el aprendizaje y la propiocepción.
  • Actividades que involucren algo de peso: Por ejemplo, cargar con el papel higiénico tras la compra, o trasladar objetos de diferentes pesos.
  • Actividades que involucren presión: Jugar con masas, plastilina o arena kinética, además de ser una actividad excelente para activar el tacto y la motricidad fina; jugar a aplastar estas masas y darles forma es una manera de trabajar la propiocepción.
  • Dar vueltas sobre sí mismo: Esta es una actividad que muchas veces los niños hacen por iniciativa propia, y aunque hay que estar atentos para que cuando terminen no se caigan al suelo (normalmente se suelen sentar un momento ellos solos), es un juego bastante seguro y muy atractivo e interesante para el cerebro, ya que recibirá mucha información y además experimentará durante un ratito la extraña sensación de mareo. Por eso, desde aquí os recomiendo que les dejéis dar vueltas y girar a tope.

Espero que os haya gustado el post, y que disfrutéis con vuestros peques poniendo en práctica las actividades.

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